Escuela Universitaria de Londres ha propuesto una interesante aplicación de la tecnología Wi-Fi. Se trata ni más ni menos de utilizar las ondas electromagnéticas para ver tras las paredes.

Gracias a un dispositivo con función de radar, se podría visualizar sin que las paredes supusieran un obstáculo. Dentro de las casas o edificios debería haber un router emitiendo señales Wi-Fi con frecuencia de 2.4 GHz. El dispositivo se encargaría de captar esas señales, el cual tiene dos antenas pasivas y tiene CPU. Cada una de las antenas tendría una función.

Una de ellas recoge las señales y la otra recoge las variaciones de las mismas señales gracias al efecto Doppler. Posteriormente, se procesarían los datos y se podrían ofrecer una imagen con detalle del otro lado de la pared tanto de cosas en movimiento como de objetos estáticos. Una condición indispensable es que las paredes no pueden exceder los 30 cm de grosor.

Las utilidades más lógicas serían en todo caso la monitorización en determinadas situaciones, para detectar ladrones en habitaciones, etc.